Hace tres meses y medio, Claudio Reyes Barrientos asumió la conducción de la Subsecretaría de Previsión Social. El mismo cargo que ocupó durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, y que en 2009 se encargó de implementar la cuarta ronda de la Encuesta de Protección Social (EPS). Hoy encabeza la octava ronda, la mayor encuesta longitudinal de tipo panel que se realiza en Chile, desde el 2002.
Cerca de 15.000 personas de todas las regiones del país serán parte de esta medición, cuyo trabajo de campo comienza en octubre, con el objetivo de recoger información detallada sobre la historia laboral y previsional de los encuestados, enfocada en el ámbito de la seguridad social.
Desde la última medición, el 2020, el subsecretario afirma que hubo “cambios profundos” en el mercado laboral que deben ser explorados, y que la encuesta contribuye a despejar discusiones del debate público que se dan “sin fundamento técnico”.
–¿ Cuáles son los objetivos centrales de la encuesta?
“El objetivo fundamental es darles sustento técnico a las reformas y los cambios que podamos tener en el sistema previsional, y ha cumplido con creces su propósito. No solamente para nosotros como país, sino también ha sido un ejemplo para otros países que han seguido la misma metodología.
Lo más importante es eso, su propósito final, que es diseñar políticas públicas, en este caso de previsión”.
–¿ Qué aspectos se van a explorar en esta medición que no estaban en las anteriores?
“Esta ronda incorpora, entre otras cosas, la Pensión Garantizada Universal (PGU) que no existía en la anterior.
La PGU se crea y se levanta sobre la base de la Pensión Básica Solidaria (PBS) e incrementa los montos que perciben las personas, pero al mismo tiempo acorta las brechas con respecto a las tasas de reemplazo. Hay una discusión bastante de fondo respecto de si la PGU es el instrumento para hacer solidaridad intergeneracional.
Nosotros creemos que sí, pero que a partir de cierto punto podría generar conductas que van en contra del espíritu del sistema, que es que las personas también contribuyan a su propia previsión a través del ahorro previsional”.
–¿ Qué es lo que quieren averiguar, específicamente, respecto de la PGU?
“Básicamente, tiene que ver con el incentivo al ahorro cuando existe la PGU. Eso es lo que tenemos que tratar de medir de alguna manera, cuál es la predisposición de las personas al ahorro, voluntario o contributivo. Hay dos saltos en esta materia que fueron importantes en la vida previsional de las personas. Uno es la introducción de la PBS, ahí no hay un parámetro de comparación porque muchas de esas personas no tenían pensiones, por lo tanto, pasaron de cero a tener por lo menos $60.000, eso era una tasa infinita de crecimiento.
Hoy día, pasar a una PGU de $206.000 son cambios fundamentales que van alterando el comportamiento de las personas”.
–¿ Van a profundizar en las preferencias ciudadanas sobre propiedad y herencia?
“Lo que pasa es que a las personas hay que ponerlas en todos los contextos, no solamente preguntar, por ejemplo, si quieren hacer uso de ese dinero. Hay que ponerlas en el contexto de las distintas contingencias que se van produciendo, por ejemplo, frente a una invalidez o una situación de cesantía.
No puedo quedarme con un conjunto de preguntas que pueden ser un poco sesgadas, que es lo que pasa en las encuestas más bien de opinión pública, porque si no está la contrapregunta, no tienes un panorama exacto de lo que realmente es la preferencia o la situación de cada persona”.
–¿ En los últimos tres años cambió la valoración de las personas sobre el sistema previsional?
“Yo creo que más que cambiar, hay un tema de información que las personas no manejan.
Por lo tanto, ponerlos en ciertas condiciones o situaciones a través de las preguntas que se van haciendo, limando las asperezas de las respuestas para poder llegar a conclusiones más concretas, es lo que facilita construir el instrumento. Esta encuesta no va tanto a percepciones, va más bien a datos concretos, a comportamiento”.
–¿ La informalidad ha tenido un aumento estructural después de la pandemia y los cambios en el mercado laboral?
“El tema de la informalidad es bastante más complejo que decir que las personas trabajan sin cotizar o sin pagar impuestos. Hay un cambio profundo, a mi juicio, en la estructura del mercado laboral que tiene que ver con la incorporación de nuevas tecnologías, con formas de trabajo, con valoración distinta del tiempo y del ocio. En eso estamos más bien al debe, en el sentido de explorar en forma profunda las causales y motivaciones de por qué alguien no está dispuesto a tomar un trabajo de jornada completa o pone como condición el tener la posibilidad de teletrabajar, cosa que probablemente hace cuatro años no era así.
El tema de la informalidad es un gran tema, porque no es de sencilla solución y creo que, hasta el momento, de cierta forma, hemos fracasado con los instrumentos tradicionales, los incentivos tributarios o las sanciones a través de multas por no cotización”.
–¿ Se va a profundizar en aspectos del trabajo remoto o en plataformas digitales?
“Son cosas que hoy en día entran en este levantamiento, el objetivo de la encuesta es la construcción de instrumentos y de políticas que puedan recoger esas nuevas realidades. Desde que partió la encuesta, en 2002, ha habido cambios sustanciales del sistema previsional. No son los últimos y, probablemente, los que vengan tienen que ver con ese segmento, el segmento informal. Ahí, a mi juicio, se requiere otra reforma previsional que contemple ese elemento”.
–¿ Contribuye la encuesta a desmitificar parte de las discusiones sobre el sistema previsional?
“Muchas de las cosas que están en el debate público se hacen sin un fundamento técnico, sino más bien por la percepción, y lamentablemente en base a otros instrumentos que no son los adecuados para este tipo, que son las encuestas de opinión pública. Creo que es un tema que tenemos que evitar, no podemos legislar en base a encuestas de opinión pública. Si fuera por eso, estaríamos haciendo algunas cosas que todo el mundo rechaza, pero que preguntadas de una cierta manera dicen todo lo contrario. Por ejemplo, el caso de la pena de muerte, es conocido que la opinión pública lo favorece, pero no por eso vamos a modificar una política de este tipo”.
–¿ Hay poco fundamento técnico en los argumentos de los políticos?
“Está centrado en opiniones, bastante menos en datos, y está centrado también mucho en posiciones más bien ideológicas, a veces, más que en el objetivo que debiera estar detrás de una reforma previsional, que es mejorar las pensiones”. Previsión Social lanza la VIII Encuesta de Protección Social Subsecretario Claudio Reyes: “No podemos legislar en base a encuestas de opinión pública” En octubre comienza el trabajo de campo de la consulta. Medirá cambios en el comportamiento previsional de las personas, marcados por la incorporación de la PGU, nuevas transformaciones digitales y los retiros de fondos de pensiones.