PILAR SOLIDARIO
El Pilar Solidario de Vejez, creado en 2008 mediante la Ley 20.255, es una pieza fundamental en el sistema de protección social de Chile, cuyo objetivo principal es garantizar una pensión digna a aquellos ciudadanos que no pueden autofinanciar su retiro o que tienen pensiones insuficientes. Su implementación fue una respuesta directa a las deficiencias observadas en el sistema de capitalización individual instaurado en 1980, que excluía o no beneficiaba adecuadamente a una parte importante de la población, particularmente a las mujeres, los trabajadores independientes y aquellos con historiales laborales inestables o lagunas previsionales.
Antes de la creación del Pilar Solidario de Vejez, el único mecanismo de ayuda estatal era la Pensión Asistencial (PASIS), un beneficio monetario limitado en cobertura y monto (al 2005 era de $44.960 para adultos mayores de 75 o más años y de $41.119 para mayores de 70 y menores de 75 años), dirigido solo a quienes se encontraban en extrema pobreza. El sistema PASIS dejó a muchas personas desprotegidas, ya que los requisitos para acceder a este beneficio eran estrictos y no alcanzaba a una gran cantidad de personas mayores o con discapacidad que, aunque no estaban en extrema pobreza, no podían cubrir sus necesidades básicas.
El Pilar Solidario ha sido un pilar central en la transformación del sistema de protección social en Chile. Desde su implementación, ha jugado un rol clave en la reducción de la pobreza entre los adultos mayores y las personas en situación de invalidez, corrigiendo las deficiencias del sistema de pensiones basado únicamente en la capitalización individual.
Componentes del Pilar Solidario de Vejez
Con la promulgación de la Ley 20.255, el Pilar Solidario de Vejez estableció dos componentes clave para mejorar la cobertura y aumentar los montos de las pensiones:
En 2022, con la creación de la Pensión Garantizada Universal (PGU), el Pilar Solidario de Vejez fue reformulado, reemplazando la PBS y el APS por un beneficio universal que alcanza al 80% de la población mayor de 65 años y que en 2023 cubría al 90% de los adultos mayores del país. A diferencia del Pilar Solidario original, la PGU no requiere que las personas estén jubiladas para recibir el beneficio, permitiendo que aquellos que continúan trabajando puedan beneficiarse
Evolución de la Cobertura
Uno de los principales logros del Pilar Solidario de Vejez ha sido la expansión de la cobertura. En diciembre de 2008, el número de personas beneficiarias era de 558.081. Esta cifra creció significativamente en los años siguientes, alcanzando a 2.437.259 personas en diciembre de 2023, lo que representa un incremento de más de cuatro veces.
Este crecimiento no solo ha permitido incluir a más personas en el sistema de pensiones, sino que ha sido crucial para reducir la pobreza entre los adultos mayores. Según datos de la Encuesta CASEN, en 2006 el 22,9% de la población mayor de 65 años vivía en situación de pobreza. Para 2013, con el Pilar Solidario de Vejez ya consolidado, este porcentaje disminuyó al 7,8%, y en 2022, la pobreza en la tercera edad se redujo aún más, al 2,2%.
En conjunto, el Pilar Solidario y la PGU han simplificado y ampliado el acceso a la protección social en Chile, asegurando que más personas, especialmente aquellas en situaciones de vulnerabilidad, cuenten con ingresos suficientes para enfrentar la vejez o la discapacidad.
Política pública con enfoque de género
Una característica central del Pilar Solidario de Vejez es su enfoque de género. Las mujeres, que han estado históricamente en desventaja en el sistema previsional debido a menores tasas de participación laboral, salarios más bajos y una mayor expectativa de vida, se han convertido en las principales beneficiarias de este programa. Además de los beneficios mencionados, se incorporaron medidas adicionales como el bono por hijo vivo, diseñado para compensar a las mujeres por el impacto de la maternidad en sus carreras laborales y, por ende, en su capacidad de cotizar.
De esta forma se ha impactado significativamente en la brecha de género. Desde 2008, las mujeres han representado la mayor parte de los beneficiarios del Pilar Solidario de Vejez debido a su menor participación en el mercado laboral formal, menores salarios y una mayor esperanza de vida en comparación con los hombres.
En 2008, el 68% de los beneficiarios del Pilar Solidario de Vejez eran mujeres, y en 2023 este porcentaje fue del 59%. La tasa de reemplazo (el porcentaje de los ingresos previos que una persona recibe como pensión) para las mujeres que en muchos casos era de solo el 12%, ha aumentado en un 59% gracias al Pilar Solidario de Vejez, permitiendo que las mujeres cuenten con una pensión más acorde a sus necesidades. Para los hombres, la tasa de reemplazo ha aumentado en un 42%, lo que también refleja una mejora sustancial, aunque el impacto ha sido más significativo para las mujeres.
Antecedentes adicionales